El flemón de Hamel

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El partido de octavos de la Champions que han jugado el Real Madrid y el Ajax nos ha brindado la oportunidad de recordar a un carismático jugador del equipo holandés.

Su historia nos lleva a Hooghalen, una ciudad del norte de Holanda, cerca de la frontera con Alemania, donde estaba instalado el campo de tránsito de Westerbork, desde el que fueron deportadas miles de personas en trenes que partían hacia los campos de concentración de Auschwitz, Sobibor, Theresienstadt y Bergen-Belsen.

A uno de aquellos vagones tuvo que subirse, junto a su familia, Edward Hamel a finales de 1942. De nada le sirvió su ciudadanía estadounidense, ni sus ocho goles marcados en los 125 partidos que había jugado con la camiseta del Ajax.

Había aprendido a jugar a fútbol en las calles de Nueva York, donde nació, y cuando su familia emigró a Holanda, siendo todavía un adolescente, se sumó a las filas del Ajax. Jugando como extremo derecho, se convirtió en una pieza clave del equipo de Amsterdam desde 1922 hasta 1930.

Pero cuando los nazis invadieron Holanda, el popular jugador y su familia fueron detenidos y Hamel pasó los cuatro últimos meses de su vida haciendo trabajos forzados en Auschwitz-Birkenau.

Sus últimos momentos los narra su compañero de camarote Leon Greenman en el documental Auschwitz: The Forgotten Evidence:

“Nuestras condiciones nos estaban convirtiendo en diferentes personas, pero no a todos. Algunos consiguieron ser siempre, a pesar del horror que nos rodeaba, unos caballeros. Eddy Hamel era uno de ellos. Llevábamos dos o tres meses en Birkenau, cuando supimos que llegó el día de la Gran Selección. Fue un día entero de revisiones, de inspecciones de nuestros cuerpos. Nos obligaron a desnudarnos y hacer filas según el orden alfabético de nuestros apellidos. Eddy estaba justo detrás de mí, porque el suyo comenzaba con “H” y el mío con “G”. “Tengo un flemón. ¿Qué me va a pasar?”, me preguntó. Le miré y noté que tenía una zona de la cara hinchada. Entonces nos obligaron a pasar por delante de dos escritorios. En cada mesa había un oficial de las SS. Si eras apto te mandaban a la derecha, de lo contrario ibas a la fila de la izquierda. Con un gesto feroz, a mí me mandaron a la derecha. A Eddy, que venía detrás, le enviaron a la izquierda.” Era el camino de la cámara de gas. Era el 30 de abril de 1943.

De nuevo el fútbol nos da pie para hablar de lo importante. Cuando vuelven a verse las cruces gamadas en Europa, marcadas “sin complejos”, cualquier oportunidad es buena para recordar el Holocausto, para refrescar la memoria.