El aplauso de Banksy

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Sólo a veces una imagen vale más que mil palabras y esta es una de ellas.

Banksy ha querido rendir su particular homenaje a los sanitarios que luchan cada día contra el coronavirus, con este Game Changer, colgado en una de las paredes de la zona de urgencias del Hospital General de Southampton, en el que un niño cambia a sus superhéroes Batman y Spiderman por una enfermera.

Junto a su obra, el grafitero dejó una nota: “Gracias por todo lo que estáis haciendo. Espero que esto ilumine un poco este lugar, aunque sea en blanco y negro”. En otoño, será subastada a fin de recaudar fondos para el sistema público de salud británico.

Zaldibar, dos meses después

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A primera hora de esta tarde, hará dos meses que la tierra gritó ¡basta ya! en Zaldibar. Más de medio millón de toneladas de residuos industriales del vertedero de la localidad se precipitaron por la ladera del monte hasta el caserío Etxebarri y la AP-8 y dos de sus trabajadores, Joaquín Beltrán y Alberto Sololuze, fueron engullidos por la avalancha, enterrados en vida. Así siguen dos meses después.

Inmediatamente se desató una espiral de miedos y acusaciones, y toda la atención se concentró en lo inmediato. En el amianto rodando por la ladera, el olor a lindano, los niveles elevados de dioxinas y furanos detectados en el aire, la presencia de amonio en los ríos cercanos, los incendios en el vertedero, las recomendaciones de cerrar las ventanas de las casas y no hacer ejercicio físico en el exterior; en la autopista cortada al tráfico, hasta en el aplazamiento del derbi guipuzcoano; y, sobre todo, en la depuración de responsabilidades, carnaza en precampaña electoral: la oposición acusa al gobierno y el gobierno a la empresa propietaria del vertedero.

Pero no reparamos en el problema de fondo que está en el origen del desastre: la cantidad de residuos industriales que genera nuestro modelo de crecimiento. En nueve años, el vertedero había acumulado la cantidad de residuos prevista para treinta y cinco. Ahora, más de setecientas empresas preguntan al gobierno qué hacen con ellos.

¿Hemos sacado alguna enseñanza de provecho de este desastre? Porque el desgraciado derrumbe de Zaldíbar, es la metáfora perfecta de lo que nos está ocurriendo a la humanidad. Deberíamos preguntarnos si no estamos convirtiendo nuestro planeta en un gigantesco vertedero que puede venirse encima y engullirnos a todos.

Museo Nacional de Brasil

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Una metáfora del vacío, es lo que ha quedado tras el incendio declarado la noche negra del pasado día 2 en Río de Janeiro. En junio, había celebrado sus 200 años con el regalo de un crédito extraordinario para instalar un sistema antiincendios del que carecía. Tarde. Demasiado tarde. Uno de los centros culturales y de producción de conocimiento más importantes del mundo, que ya lo era en los años veinte cuando fue visitado por Einstein y Marie Curie, ha quedado arruinado. Veinte millones de piezas, registros no digitalizados de lenguas nativas que ya no existen, fósiles, dinosaurios, momias egipcias, frescos de Pompeya… y una biblioteca de antropología social de cientos de miles de volúmenes, todo, destruido en nueve interminables horas. Un monumento a la desidia.

Follador

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Bajábamos de Tíndaris después de visitar el santuario de la Madonna Nera y darnos un baño en la playa de Marinello, en el Tirreno siciliano, cuando el cielo comenzó a oscurecerse. Al llegar a Messina estalló una tormenta de verano y el intenso aguacero hizo necesario buscar refugio. Lo encontramos en un “birrificio”, I 5 Malti, cerca de la Piazza di Duomo. Aunque el emblema del local, colgado de la pared, proclamaba solemnemente “Dio salvi la Birra”, había en el centro del mostrador un refrescador de botellas con un nombre insólito sobre la porcelana: Follador; y, además, desde 1769. ¡Carambolas!, me dije para mis adentros.

Pero no. Nooo, nooo, no. ¡Qué va! No se trataba de un brebaje de aquellos, de recio abolengo, destinado a mejorar determinadas prestaciones y alcanzar así un rendimiento más que óptimo. No. Follador es el apellido de una familia de la región del Véneto, de una larga tradición vinícola, cuyos orígenes se remontan a la época de los Dogos venecianos. Ya en 1769, uno de sus últimos gobernantes, el Dux Alvise IV, de la casa patricia de Mocenigo, reconoció la excelencia de los vinos producidos por Giovanni Follador, algo que sus descendientes han conseguido transmitir, con pasión, hasta nuestros días, para llegar hasta el mostrador de I 5 Malti.

A veces, los idiomas sorprenden al viajero con curiosos juegos de palabras que sugieren imágenes y significados diferentes, por eso los gurús del naming aseguran que si Follador quisiera abrirse mercado en España, no le quedaría más remedio que etiquetarse con otro nombre. ¡Quién sabe!. O no.

Brexit

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Mural con el que Banksy expresa su pesar por el Brexit. Un operario, desde lo alto de una gran escalera, aniquila a golpes de martillo y cincel una de las doce estrellas de la bandera de la Unión Europea, rompiendo el círculo que simboliza la unidad y extendiendo grietas amenazadoras desde el centro de la estrella. La obra del genial y misterioso grafitero ha aparecido la noche luminosa del 6 de mayo de 2017 en una fachada del Castle Amusements, un edificio abandonado de la ciudad portuaria de Dover, muy cerca de la terminal del ferry que conecta Reino Unido con la Europa continental. La foto ha sido publicada en la cuenta oficial de Banksy en Instagram.

Donostia

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Donostia es la ciudad que me vio nacer, la que me ha visto crecer y a la que vuelvo siempre en mis viajes por todo lo largo y ancho de este mundo. Además, es fotogénica y sabe posar. Así de guapa la ha visto el astronauta francés Thomas Pesquet, de la ESA/NASA, desde la Estación Espacial Internacional (ISS) el 18 de febrero de 2017.