Hoy comparto, para el disfrute, y dedico a todos mis amigos, este conmovedor relato corto, cortísimo, pero de tanta enjundia.
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Había terminado la guerra. La patrulla se batía en retirada.
Un soldado pide permiso a su capitán para volver al campo de batalla y rescatar a un amigo caído.
El capitán le niega el permiso
– Es inútil que vayas… Está muerto.
Desobedeciéndole, el soldado vuelve a por su amigo.
Horas después regresa con él en brazos… ¡Muerto!
Es recibido con una severa reprimenda.
-¡Te lo dije…! Era inútil que fueras.
-No mi capitán –le responde el soldado–. No fue inútil.
-Cuando llegué junto a él, aún estaba vivo. Me miró y me dijo: Sabía que ibas a venir.