A Case of You

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Diana Krall descubrió la música en las veladas al piano que organizaba su abuelo todas las noches; un minero sin dinero, pero que compartía su vida sentado al piano. En sus sueños, regresa a su infancia, cuando miraba al mar desde la isla de Vancouver, escuchando las armonías de su abuelo. Krall, como la llaman sus amigos, creció amando el piano, impecable, como su Steinway de cola, negro lacado, hasta convertirse en una de las mejores intérpretes del jazz contemporáneo. Improvisando en el teclado se siente segura. Puede que comience un puente sin saber a dónde le va a llevar, pero siempre consigue llegar a la otra orilla con elegancia, demostrando hasta qué punto con una canción se puede alcanzar la plenitud, emoción y complicidad con el público.

Krall es una habitual del Jazzaldi donostiarra y en su último concierto, con esa quietud que le permite expresar de la forma más poderosa y enérgica los sentimientos más intensos, interpretó una versión delicada y conmovedora de A Case of You, legendaria canción en la que su paisana Joni Mitchell contaba: “Recuerdo aquella vez que me dijo, que dijiste/“el amor es tocar las almas”./Seguramente tocaste la mía/porque parte de ti sale de mi/en estas líneas, de vez en cuando.” Terminó con una dedicatoria: “Esta es mi carta de amor a San Sebastián.” En los bises, tras una primera retirada, con el público entregado en la Trini, volvió al escenario y mientras escuchaba a Anthony Wilson acariciar su guitarra acústica, apenas se pudo contener: “son lágrimas de emoción pero también de felicidad”, dijo. Finalizado el concierto añadió: “pocas veces me he sentido tan emocionada y tan trascendida.”

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