El 23 de septiembre Bruce Springsteen sopló 71 velas, con la fuerza y el talento necesarios para seguir haciéndonos sentir la música y su vigésimo disco de estudio, a punto de ser lanzado a los cuatro vientos.
En noviembre del año pasado el boss volvió a reunir a la legendaria E Street Band en su establo de Colts Neck, en Nueva Jersey, para grabar Letter to You. El hilo conductor que recorre el disco es la muerte, la pérdida de amigos y excompañeros de banda.
“Baby baby baby, i’m coming home” canta Bruce Springsteen en los primeros compases del tema que abre esta entrada, One minute you’re here (next you’re gone). Vuelve a casa, para llevarnos con su guitarra acústica por caminos de hierro, de manera dulce y acompasada, en una metáfora de nuestra efímera existencia:
“El gran tren negro llega vías abajo, haz sonar tu silbato una y otra vez,
hace un minuto estabas aquí, al minuto siguiente te has ido”
Letter to You es una carta escrita a corazón abierto. Un diálogo con los amigos y excompañeros que han ido quedando junto a las vías, con sus fantasmas y espíritus, esos que se le aparecen ahora solo en sueños. Él mismo se incluye entre los destinatarios: “Ves venir el último tren –declaraba a ‘Rolling Stone’– y sabes que las últimas estaciones que te quedan están contadas”. Pero también es una carta que desprende un reconfortante aroma a supervivencia, un homenaje al espíritu del rock & roll.
El boss tiene, además, el don de la oportunidad, porque esta reflexión sobre la naturaleza temporal de nuestra existencia nos llega, precisamente, en un momento en el que un desconocido nos espera, agazapado, a la vuelta de la esquina con la guadaña afilada… “hace un minuto estabas aquí, al minuto siguiente te has ido”.
En la casa de las mil guitarras, Springsteen levanta su copa y nos propone un brindis. “Por el rock & roll”, dice, y hace una pausa larga antes de continuar: “o lo que queda de él”, y se ríe.